La construcción residencial prefabricada alcanzó su máximo apogeo en la década de 1970, implantada en gran parte del continente americano y del norte de Europa. En España es un fenómeno relativamente reciente, que empezó a captar la atención de los usuarios durante la década de la crisis económica y los problemas derivados de la baja calidad de la construcción masiva y especulativa promovida durante el boom inmobiliario de la primera década del 2.000.
A pesar de que muchos de nuestros clientes han visto en estas soluciones prefabricadas de diseños exclusivos y a la carta, una alternativa interesante a los estándares de calidad/precio que ofrece la construcción convencional, todavía existe cierta reticencia hacia este tipo de soluciones industrializadas, y por eso, vamos a tratar de despejar ciertas dudas generalizadas que nos trasladan los clientes cuando les planteamos la prefabricación como solución alternativa para sus proyectos de vivienda.
CAMBIO DE MENTALIDAD
La reticencia de los usuarios hacia las soluciones prefabricadas se debe principalmente a una cuestión de mentalidad y de costumbres. Quizá porque en el imaginario colectivo impere la idea de prefabricación asociada a un sentimiento de temporalidad poco arraigado a nuestra sociedad, que se identifica más con las connotaciones de solidez, durabilidad y permanencia que se atribuyen de forma generalizada a la construcción tradicional.
Esta idea de lo prefabricado como una solución barata, perecedera y eventual, poco o nada tienen que ver con las soluciones de vivienda modular actuales. La innovación constante en los materiales de construcción y la incorporación de nuevas tecnologías cada vez más eficientes y sostenibles, ha supuesto un revulsivo extraordinario para la industria de la construcción modular en este país.
«Más rápidas, eficientes y ampliables: las ventajas de las viviendas modulares prefabricadas»
INNOVACIÓN Y SOSTENIBILIDAD
Desde el punto de vista normativo, las viviendas modulares han encontrado en la construcción sostenible y eficiente que promueve el CTE el marco idóneo para su desarrollo, por su capacidad de controlar y auditar el proceso constructivo como si de una cadena de montaje se tratara.
Esta nueva generación de casas modulares fabricadas en taller permiten una construcción mucho más eficiente y responsable que la convencional, sujeta a la coordinación y temporalidad de los oficios tradicionales, las condiciones climatológicas y la imprecisión de costes y plazos.
En este sentido, la experiencia de la industrialización y sus modelos de prefabricación en cadena permiten un control más exhaustivo de las exigencias de eficiencia energética, salubridad y confort. La optimización de los procesos de construcción permite una reducción de los costes de fabricación de hasta el 35 por ciento respecto a la ejecución a pie de obra, y lo más interesante desde el punto de vista del usuario, en un tercio de los plazos de ejecución de la obra tradicional.
-Pasos a tener en cuenta antes de construir tu vivienda- por SOM arquitectura
El hecho de que la producción se centralice en un entorno controlado, dónde los proveedores suministran y acopian los materiales en la propia nave y dónde los diferentes oficios se coordinan y centralizan en una cadena de montaje, contribuyen a una mayor precisión y control de los trabajos, además de colaborar en la reducción de la huella ecológica del proceso de construcción.
Paredes, suelos, techos e instalaciones se fabrican en la línea de montaje siguiendo la lógica constructiva de los diferentes oficios que intervienen, en base a estrictos controles de calidad que garanticen la durabilidad, el aislamiento y la resistencia de las soluciones constructivas adoptadas.
Además, el hecho de ser modulares convierte estos inmuebles en espacios progresivos que se pueden modificar y/o ampliar con mayor facilidad para atender las futuras necesidades del usuario, cuestionando la falsaria idea de prefabricación asociada a la baja calidad, monotonía y temporalidad.
POSIBILIDADES DE LA CONSTRUCCIÓN MODULAR
El uso de módulos prefabricados es perfectamente compatible con los estándares de edificación actuales, cumpliendo con los parámetros urbanísticos regulados por la gran mayoría de planes generales. A efectos de la licencia municipal de obras o la solicitud de un préstamo hipotecario para financiar la ejecución de la vivienda, su tramitación es exactamente igual que la de una vivienda convencional.
Además, las soluciones modulares prefabricadas permiten ejecutar viviendas resistentes y duraderas, pero mucho más ligeras y con una mayor optimización en la redistribución de cargas sobre el terreno. Lo que se traduce en una simplificación notable de la cimentación, y por tanto, un abaratamiento importante del capítulo de estructura y cimentación.
Por eso es interesante revertir parte de este ahorro económico en la mejora sustancial de los parámetros de calidad y confort de la vivienda, obteniendo una relación calidad/precio muy superior a las prestaciones de una vivienda convencional.
La versatilidad de usos y soluciones compositivas que ofrece la construcción prefabricada con catálogos de soluciones a la carta, la posibilidad de fabricarse en taller para luego ser transportarlos a cualquier punto de la geografía, convierten estas casas modulares prefabricadas en una solución interesante y al alcance de todos los bolsillos.
Imágenes propias de archivo de la vivienda unifamiliar proyectada en la Sierra de Madrid. Imágenes propiedad de tres60 arquitectura.
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